Cómo preparar la comida de tu bebé

Cómo preparar la comida de tu bebé.

Primero lávate las manos y lava las frutas y verduras, así como todos los recipientes y utensilios que vas a utilizar.

Todas las verduras (y las frutas como las manzanas y ciruelas pasas, que necesitan suavizarse) deben cocerse antes de molerlas o hacerlas puré. Para conservar las vitaminas y los minerales, hornea, hierve o cocina al vapor las frutas o verduras hasta que estén blandas.

Si las hierves, usa tan poca agua como sea posible y agrega un poco de ese líquido a la comida de tu bebé al machacarla (o añade las frutas o verduras al caldo de la sopa de tu familia).

Pela y quítale las semillas a las frutas o verduras si es necesario. A algunas de estas no necesitarás agregarles nada de líquido al prepararlas. Simplemente las puedes moler, añadir uno o dos condimentos y servirlas.

Otras necesitarán un poco de líquido, tal vez quieras añadirles una cantidad pequeña de leche materna, leche de fórmula o agua, al molerlas o hacerlas puré para lograr la consistencia que deseas.

Al irse adaptando tu pequeño a los alimentos sólidos, podrás añadir menos líquido. Si la fruta tiene semillas, cuélala antes de dársela a tu bebé.

Los granos, como la quinua, el arroz o el mijo, también pueden molerse en un molinillo para alimentos. Cocínalos antes según las instrucciones del paquete. Para los bebés más grandes, los granos integrales son alimentos fabulosos porque los pueden agarrar con los dedos.

Para preparar pollo y carne, quítales la piel y la grasa antes de cocinarlos. Luego muele la carne cocida en una licuadora o en un molinillo con un poco de líquido. Para bebés mayores puedes cortar trocitos muy pequeños.

Si todo esto se te hace mucho trabajo, recuerda que puedes servirle a tu bebé lo mismo que come el resto de la familia. Sólo usa el molino u otro aparato para hacer puré, licuar o moler la comida y transformarla instantáneamente en la papilla del bebé.

Por ejemplo, las sopas y guisos pueden ser preparadas para alimentar a tu bebé. Lo mismo sucede con las comidas más saludables que tu familia consuma. Guarda en los envases vacíos de comida para bebé, lo que te queda extra. ¡Así tendrás su comidita lista para el día siguiente.

Cómo servirle la comida a tu bebé…

    • Sírvela a una temperatura no más alta que la temperatura del cuerpo.

 

    • Evita calentar los alimentos en el microondas. Estos no calientan la comida de manera uniforme y pueden crear secciones de comida que están mucho más calientes que otras. Así que antes de servirle a tu pequeño la comida que calentaste en el microondas, asegúrate de mezclarla muy bien y dejarla reposar unos minutos.

 

    • Sírvele solo la cantidad de comida que crees que se va a comer en ese momento. Tendrás que tirar lo que sobre, porque la saliva de tu bebé se mezclará a la comida y facilitará el crecimiento de bacterias.

 

    • No endulces la comida de tu bebé. Los bebés no necesitan azúcar adicional. Y nunca uses miel de abeja ni miel de maíz, que pueden causar botulismo (una forma de envenenamiento alimentario potencialmente fatal) en los bebés.

 

    • Usa condimentos. A pesar de la tradición de alimentar a los bebés con comida desabrida, ellos pueden tolerar y disfrutar diferentes sabores. Descubre cuando es seguro darle a tu bebé alimentos picantes o con especias.

 

  • Refrigera las sobras en un recipiente herméticamente cerrado y úsalas dentro de un día o dos. También puedes congelar lo que sobre en moldes para cubitos de hielo. Una vez que los cubos estén bien congelados, sácalos del molde y mételos en bolsitas de plástico especiales para el congelador. Las frutas y verduras congeladas de esta manera durarán de seis a ocho meses. La carne, incluidos el pollo y el pescado, durará de uno a dos meses.

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