Cuando debes ambientar una habitación completamente vacía tienes la libertad de empezar desde 0. Sin embargo, tantas posibilidades sobre lo que puedes hacer podría jugarte en contra. Por eso es bueno tener un par de ideas claras para saber en qué debemos detenernos y así aprovechar la situación para poder ambientar correctamente los nuevos ambientes.

Lo más importante de todo es observar cuidadosamente el espacio. Mentalmente intenta recordarlos y luego anota en un cuaderno todo aquello que te resulta atractivo de la habitación. Por ejemplo: la luz, las molduras del techo o una esquina en particular. De la misma manera anotaremos lo que nos disgusta de ese espacio. También estarán aquellas cosas que nos resultan neutrales ya que no nos disgustan pero tampoco nos agradan demasiado. Esas también las anotaremos para no olvidarlas después.

En ese mismo cuaderno dibujaremos a mano el espacio en el que pensamos intervenir. Primero dibujaremos las paredes de la habitación y los huecos que encontremos. Una vez que hayamos trazado todo el perímetro haremos una línea paralela a la dibujada. Entonces colocaremos los cerramientos y aquellos objetos que se encuentran inamovibles en el espacio como ventanas, balcones, puertas o columnas.

Una buena opción a la hora de ordenar los ambientes es utilizar algunos estilos de decoración que hemos visto . No dejes de aconsejarte por los profesionales que intervenirán en tus espacios y trabajar en conjunto con los albañiles, electricistas, carpinteros y pintores. Pide los presupuestos de la obra. Además comunicales tus preferencias referentes a materiales, tonos y texturas. El aporte que tú puedas brindar es clave.